No soy muy partidario de la comida guarra y rápida pero de vez en cuando está buena y se disfruta muchísimo. Ayer Ada y yo fuimos al KFC y nos pusimos las botas, comimos como reyes. Eso sí, estas cosas no las puedes repetir muy a menudo ya que corres el riesgo de sentirte gordo, sucio y absolutamente americano.
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