Ayer, cuando me quedaban pocas páginas para acabar el libro pensé “Mansfield Park está que arde”, y cuando lo acabé pensé “Mansfield ardió”.
‘Mansfield Park’ ha seguido un rumbo maravilloso: un buen principio, una trama digna, y un final donde unos personajes la lían y otros acaban como yo no lo esperaba. En realidad, y esto hace sumarle puntos a favor, el final no me lo esperaba para nada. Me ha pillado por sorpresa, sorpresón (si existe tal término).
Mención a parte al personaje protagonista de Fanny Price que a ratos me daba disgustos pero que al final ha resultado que tenía razón. Pero eso sí, otras veces esta heroina de Austen era de hostia en toda la cara. ¡Vaya un personaje, la tía!
Estoy seguro de que voy a volver a leer algo de Jane Austen… menos ‘Orgullo y prejuicio’, que le tengo manía por la película (¿será por Keira Knightley?), y ‘Emma’, que hace poco vi la película.
Os dejo con un par de fragmentos de esta exquisita novela:
“Si alguna de las cualidades de nuestra naturaleza puede considerarse más maravillosa que las demás, yo creo que es la memoria. Parece haber algo más incomprensible en el poder, en los fracasos, en las irregularidades de la memoria, que en cualquier otro aspecto de nuestra inteligencia. La memoria es a veces tan fiel, tan servicial, tan obediente y, otras, tan veleidosa, tan austera… y otras aún, tan tiránica e ingobernable. Somos un milagro en todos los aspectos, pero nuestra facultad de recordar y de olvidar me parece algo particularmente insondable.” (Fanny Price)
“Que abunden otras plumas en la descripción de infamias y desventuras. La mía abandona en este punto esos odiosos temas, impaciente por devolver un discreto bienestar a todos aquellos que no estén en grave falta, y por terminar con todos los demás.” (la autora)
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