En estos dos últimos meses he tomado decisiones muy importantes. A pesar de haber decidido ir un paso más allá (y esto, en sí, ya es un logro) aún tengo que acostumbrarme. Si lo importante es dar el paso, más importante es seguir adelante. La lucha por ser feliz es difícil. Por el camino te asaltan dudas respecto a lo que has decidido, a lo que has dejado atrás y el miedo a lo desconocido…
Tengo la costumbre de avanzarme a los acontecimientos. A nivel mental, digo. Pienso demasiado. Es eso.
Alguien me dijo, en pocas palabras, que me gusta el drama y recrearme en él. Y que a veces hago todo lo posible por no ser feliz. ¿Puede ser? Chicos… no quiero pensar en la respuesta y menos decirla.
Pero si tengo que dar una respuesta sería a modo de canción, una canción de Índigo donde hay un momento que dicen…
“Las palabras amargas suben por los pies
El pulmón encharcado harto del estrés
Tú no tienes la culpa de mi mal humor
Son las bestias que gritan desde mi interior
Demasiado tarde para pensar, un océano con forma de puñal
Me esconderé en la pecera con los reptiles de tierra
Dicen que su cerebro es la revolución
Vaya tontería eso de la razón
Creo que voy a simplificarme para vivir como los animales”
En la foto estoy yo con mi guitarra Reina Victoria.
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