El presidente de una compañía multinacional muere repentinamente sin haber nombrado a un sucesor. A partir de ahí habrá una lucha para ver quién acaba siendo el nuevo jefazo.
Avaricia, ambición y maquinaciones se dan cita en esta excelente película con un reparto coral de nivel. William Holden y Barbara Stanwyck (con un papelón secundario) se comen todas las escenas.
BRAVO.
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