Una de mis canciones favoritas del pasado 2008 es Mengele y el amor de Klaus & Kinski.
Me gustaría probar
sobre tu tersa piel
el efecto fatal de un
potente abrasador,
que gota a gota de mi pecho
brota orgulloso por la sed
de entrar a tu cuerpo a poseer
tu íntima desnudez.
Y si prefieres aún te puedo
inyectar lo que tú y yo sabemos,
puedo hacer de tu cuerpo un
estuche de cristal.
Y bailaremos los dos (bailar los dos)
sobre el tumor y el dolor (nuestro dolor)
que provoca desesperación (una canción)
en nuestro amor. (es nuestro amor)
La muerte es alrededor, (alrededor)
pero es el centro tú y yo, (somos tú y yo)
la vida y muerte, amor, son hoy
como una canción.
La sangre que nos bañó en el
rito de iniciación
un secreto me confió
que ya intuía yo:
tu carne es un mal pasajero,
la muerte es una amiga fiel
en quien si quieres confiar
nunca te va a traicionar.
Pero si los dioses te empujaran
a meter la mano en el agujero,
déjame a mi ser el primero
en meter lo demás.
Y bailaremos los dos (bailar los dos)
sobre el tumor y el dolor (nuestro dolor)
que provoca desesperación (una canción)
en nuestro amor. (es nuestro amor)
La muerte es alrededor, (alrededor)
pero es el centro tú y yo, (somos tú y yo)
reflejan tus ojos el frío escalpelo, (una canción)
sobre la herida un último beso, (somos tú y yo)
la vida y muerte, amor, sólo eso,
un último beso,
un último beso.
¿El disco? Tú hoguera está ardiendo. Pero eso ya lo tendrías que saber.
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